José Carlos Carmona celebra con nosotros el Día de la Biblioteca
El pasado jueves 24 de octubre, el escritor malagueño José Carlos Carmona nos visitó con motivo del Día de la Biblioteca. El acto tuvo lugar, excepcionalmente, en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura de Utrera. Fue presentado por la Mª José García Arroyo, Delegada de Cultura del Ayuntamiento, y Loli Salvago, miembro del club de lectura Catalina de Perea de la Biblioteca Pública. La visita se encuadró dentro del programa denominado "Ronda Andaluza del Libro" que es una iniciativa de la Dirección General del Libro y del Patrimonio Bibliográfico y Documental de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, desarrollada a través del Centro Andaluz de las Letras en colaboración con el Ayuntamiento de Utrera.
El escritor comenzó su conferencia haciéndonos partícipe de una reflexión tremendamente interesante acerca de cómo el estilo de vida norteamericano se había ido asumiendo todos estos años en muchos países, en el caso de España con 15 o 20 años de margen. Su poderío económico y cultural lleva a sus escritores a ser considerados referentes mundiales en la literatura. También sus estilos narrativos han ido ejerciendo su influencia en buena parte de los literatos de todo el mundo con un retardo aproximado al anterior. Es de esta premisa de donde partió Carmona para hacernos comprender el estilo narrativo de su prosa. A partir de aquí, la conferencia se desarrolló animadamente con todo tipo de anécdotas acerca de su experiencia en el mundo literario, algunas de ellas hilarantes, de sus vivencias personales, de sus preferencias literarias... Nos hizo accesible una profesión tradicionalmente divinizada, la de escritor. Habla de que
gran parte del trabajo creativo es pura técnica. Y también de que escribir es hablar con uno mismo. Una
sabia contención de nuestro diálogo interior y un seguimiento
concienzudo de los escritores que van marcando tendencia parecen ser su
fórmula secreta para crear libros tan amargamente deliciosos como Sabor a
chocolate.
Porque Sabor a chocolate es un libro capaz de acabar con la mayor aversión al chocolate que exista. Mi primera impresión al leerlo, lo leímos en los tres clubes de lectura de la Biblioteca Pública de Utrera, fue que estaba ante una historia contada por alguien ajeno a este país. No era capaz de percibir el regusto a desesperanza e incluso amargura que llevan intrínsecas algunas novelas españolas. Incluso en el cine puedo percibir ese halo tan español recogido del sentir social. Pero José Carlos, a pesar de sumergirnos en una historia familiar de gran crudeza, nos deja entrever a la esperanza entre cada línea. Su momento de mayor protagonismo es cuando Adrian Troadec pierde al amor de su vida y decide seguir viviendo sólo por curiosidad. Para mí, este es el momento cumbre de la novela y nada más que por llegar a él, merece la pena leerla.
Esos aires internacionales de la historia también son logrados mediante el estilo narrativo que utiliza el escritor. Es rítmico, breve, musical. Durante la charla nos descubrió que la novela realmente era un tipo de poesía, poesía narrativa, y que su estructura estaba pensada como si de una sinfonía se tratara. De ahí que cambie el tempo de la primera parte de la historia, breve, y de la segunda, brevísima. Al parecer, falta la parte central, más lenta, que por motivos editoriales no podemos encontrar en Sabor a Chocolate pero sí en Una sinfonía concertante.
Asimismo, comentó algunas anécdotas sobre otras de sus obras, como Sabor a canela y, especialmente, Martino y Martina, su novela más reciente, con la que obsequió a la Biblioteca y a gran parte del público asistente.
En resumen, estamos ante un escritor realmente hábil como comunicador, carismático y generoso, que nos radiografió su profesión y su obra, Sabor a chocolate, que recomendamos fervientemente.
Si quieren conocer más a fondo las andanzas de este escritor polifacético, visiten su blog: http://josecarloscarmona.blogspot.com.es/
"Esta entrada está basada en hechos reales."
De izd. a dch.: Loli Salvago, José Carlos Carmona y Mª José García Arroyo |
Porque Sabor a chocolate es un libro capaz de acabar con la mayor aversión al chocolate que exista. Mi primera impresión al leerlo, lo leímos en los tres clubes de lectura de la Biblioteca Pública de Utrera, fue que estaba ante una historia contada por alguien ajeno a este país. No era capaz de percibir el regusto a desesperanza e incluso amargura que llevan intrínsecas algunas novelas españolas. Incluso en el cine puedo percibir ese halo tan español recogido del sentir social. Pero José Carlos, a pesar de sumergirnos en una historia familiar de gran crudeza, nos deja entrever a la esperanza entre cada línea. Su momento de mayor protagonismo es cuando Adrian Troadec pierde al amor de su vida y decide seguir viviendo sólo por curiosidad. Para mí, este es el momento cumbre de la novela y nada más que por llegar a él, merece la pena leerla.
Esos aires internacionales de la historia también son logrados mediante el estilo narrativo que utiliza el escritor. Es rítmico, breve, musical. Durante la charla nos descubrió que la novela realmente era un tipo de poesía, poesía narrativa, y que su estructura estaba pensada como si de una sinfonía se tratara. De ahí que cambie el tempo de la primera parte de la historia, breve, y de la segunda, brevísima. Al parecer, falta la parte central, más lenta, que por motivos editoriales no podemos encontrar en Sabor a Chocolate pero sí en Una sinfonía concertante.
[Pinche para ver si están disponibles en la Biblioteca] |
En resumen, estamos ante un escritor realmente hábil como comunicador, carismático y generoso, que nos radiografió su profesión y su obra, Sabor a chocolate, que recomendamos fervientemente.
Si quieren conocer más a fondo las andanzas de este escritor polifacético, visiten su blog: http://josecarloscarmona.blogspot.com.es/
"Esta entrada está basada en hechos reales."
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